"[...] No habiendo ya nadie en casa, Cenicienta se encaminó a la tumba de su madre, bajo el avellano (que ella misma había plantado al morir su madre), y suplicó:
"¡Arbolito, sacude tus ramas frondosas,Y he aquí que el pájaro le echó un vestido bordado en plata y oro, y unas zapatillas con adornos de seda y plata. Se vistió a toda prisa y corrió a palacio, [...]"
y échame oro y plata y más cosas!"
Y así consiguió Cenicienta el maravilloso conjunto con el que asistió al primer de los tres bailes que se celebrarían en palacio. No fue la fabulosa hada madrina, sino el árbol que protegía la tumba de su difunta madre, el que hizo la magia.
Y aquí os presento el diseño de dicho conjunto. Y a continuación la ilustración ( junto con su proceso) de la escena anteriormente descrita.