Un pequeño detalle que formará parte de la maquetación del cuento de Cenicienta.
miércoles, 2 de abril de 2014
La auténtica magia
Sucedió que el
padre quiso un día ir a la feria y preguntó entonces a las hijastras qué
querían que les trajera.
- Vestidos hermosos - dijo una.
- Perlas y piedras
preciosas - dijo la segunda.
- ¿Y tú,
Cenicienta? - dijo él -. ¿Qué quieres?
- Padre, el primer
tallito que choque con vuestro sombrero, ése cortadlo para mí.
El compró, pues,
para las dos hermanas, hermosos vestidos, perlas y piedras preciosas, y en el
camino de regreso, cuando iba cabalgando por un matorral verde, le rozó un
tallo de avellano y le hizo caer el sombrero. Cortó el tallo y se lo llevó
consigo. Cuando llegó a casa entregó a las hijastras lo que le habían pedido y
a Cenicienta el tallo del arbusto de avellano. Cenicienta le dio las gracias,
se fue a la tumba de su madre y plantó en ella el tallo y derramó tantas
lágrimas que el llanto cayó encima y lo regó. Creció y entonces se convirtió en
un hermoso árbol. Cenicienta iba allí tres veces al día, lloraba y rezaba, y
cada vez venía un pajarillo blanco al árbol, y cuando ella formulaba un deseo,
el pajarillo le daba lo que había deseado.
Como buscar una aguja en un pajar
- ¿Tú, Cenicienta? - dijo ella -. Estás llena de polvo y ceniza, ¿y quieres ir a la boda? No tienes ni ropa ni zapatos, ¿y quieres bailar?
Pero como ella insistió en su petición, dijo finalmente:
- Te he echado una fuente de lentejas en la ceniza. Si en dos horas has seleccionado las lentejas, podrás ir.
La muchacha fue por la puerta de atrás al jardín y gritó:
- ¡Vosotras, mansas palomitas, vosotras, las tortolitas, todos los pajarillos del cielo, venid y ayudadme;
«las buenas en el pucherito, las malas en el buchito».
A esto entraron por la ventana de la cocina dos palomitas blancas, y después de ellas las tortolitas, y finalmente aleteaban y revoloteaban todos los pajarillos del cielo por la cocina y se posaron alrededor de la ceniza. Las palomas movían la cabeza y comenzaron a picotear, pic, pic, pic, y también comenzaron los restantes a picotear, pic, pic, pic, y dejaron todos los granos buenos en la fuente.
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