"Al hacerse de noche, ella se quiso ir y el hijo del
rey quiso acompañarla, pero se escapó tan rápidamente que no pudo seguirla. El
hijo del rey, sin embargo, había usado una treta: había hecho untar la escalera
con pez, y sucedió que, al saltar por ella, se quedó pegada la sandalia
izquierda de la muchacha. El hijo del rey la cogió: era muy pequeña, delicada y
totalmente de oro."
Una escena que no podía faltar. La famosa pérdida del zapatito.